‘Enramblao’ “está inspirado en la Rambla de Barcelona o en la calle Preciados de Madrid o en Montmartre de París, en cualquier sitio donde el arte que sale de la calle sea muy visible”. Al espectáculo incorpora el ‘break dance’, el ‘tap dance’... y esas “otras cosas que pasan, esos estados de ánimo como la prostitución, el transformismo, la mercadería, la música solitaria, las estatuas vivientes”.
Todo ello convive en el montaje, pero sin fusión. “Esa palabra me da dentera. Cada arte es grande, noble, rica y única en sí misma, esto es una celebración, un pique sano”. Y deja claro que, con ello, está “expresando lo que en este momento siento, me estoy divirtiendo mientras ejerzo el oficio de la danza. El día que no lo haga, dejaré de bailar”. En definitiva, sentencia que es la obra “que más se acerca a lo que quiero contar como artista en esta etapa de mi vida”.
Cuenta para este fin con ayuda. Por una parte, está arropado por el cuerpo de baile, formado por ocho bailarines más una bailarina invitada, Esther Jurado, cedida por el Ballet Nacional de España. A ellos se suman los ‘breaker’ Fran Fernández y Alberto Prado; y los Gemelos Lombard, bailarines de ‘tap dance’ a los que Rafael Amargo producirá un espectáculo. La música es, en parte, en directo, pues “quiero luchar por ese valor, por que la música en vivo esté en los escenarios”. Y corre a cargo de “una banda de formación flamenca” en la que figuran, entre otros, los guitarristas Flavio Rodrigues (director musical) y Camarón de Pitita, los cantaores Maite Maya, María Carmona, Enrique Pantoja y María la Coneja, el violinista David Moreira y el cajonero Antonio Maya. También hay música enlatada como ‘Sevillanas de la vida’ de Paco Ortega, ‘De María a María... con sus dolores’ de María Jiménez, ‘Ne me quitte pas’ en la versión de Paloma Berganza, ‘Agua’ de Edith Salazar...
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